miércoles, 7 de mayo de 2008

Eusebio Rabines Rojas, su profesión, su pasión.

La sencillez de su trato, la firmeza de su voz y sus movimientos, delatan casi dos décadas viviendo para el arte del ballet, años que lo han convertido en el primer bailarín de la Compañía de Ballet del Instituto Nacional de Cultura (INC) y director de la Escuela de arte "Visión de la Danza.

Aunque nunca se imagino ser bailarín de ballet, siempre tuvo gran afición por el baile. Las salas rodeadas de espejos, con barras pegadas a las paredes hoy le son tan comunes, como lo eran los libros en su juventud, en los cuales se sumergía con la única finalidad de prepararse para ingresar a la universidad y estudiar la carrera de derecho.
El es Eusebio Rabines, treinta y cinco años de edad, natural de Pataz y recientemente casado con la también bailarina Ericka Ruiz, con quién actualmente no sólo comparte la dirección de la escuela de arte “Visión de la Danza”, sino también su pasión y planes a futuro en este arte que es parte importante de su vida.
Aunque su familia no estaba de acuerdo con su decisión de seguir el ballet como profesión, al verlo surgir terminaron apoyándolo en su acertado fallo.
Pero ¿cómo surgió la idea del ballet? Cuando se encontraba preparando para ingresar a la universidad un amigo lo invitó a ver una presentación de ballet y aunque este no era una actividad de su predilección, al termino de la presentación quedo fascinado, tanto que siguió asistiendo a cuanta puesta en escena había, después se inscribió en un grupo para el cual presento un examen, el mismo que le otorgo una beca para estudiar ballet profesionalmente. Desde entonces se propuso llegar a ser el mejor bailarín y con esto empezó a considerar el ballet, su razón de vivir.
Su llegada al mundo del ballet lo hizo con el pie derecho, pues al poco tiempo de haber empezado a estudiarlo profesionalmente, le dieron la oportunidad de dirigir nuevos talentos desenvolviéndose como profesor.
Aunque hoy lamenta haber entrado a en este mundo un poco tarde, hoy se siente bien de ver que sus esfuerzos son recompensados no solo por los logros personales sino también por los logros de sus pupilos. Pero a pesar de estos sentimientos positivos Eusebio, aun no se siente satisfecho ya que su mayor anhelo es llegar a un nivel europeo.
La decisión correcta
Desde siempre le gustó el baile, en su hogar siempre le enseñaron oficios como, la electrónica, la misma que actualmente le sirve para hacer todo tipo de instalaciones que necesite el local de la escuela que hoy dirige quizá con la finalidad de que se dedique a alguno de estos oficios pero el tenia en mente ser abogado y aunque en un principio tubo que alternar sus clases de ballet con las clases de la pre debido a que su familia así lo exigía, finalmente se decidió por la danza, fallo que no le gusto mucho a su familia pues para ellos la danza no solo, no era una forma de ganarse la vida sino que además pesaba el hecho del prejuicio que se tiene sobre que, los hombres que se dedican al ballet son gays. A pesar de esto el decidió seguir adelante y se esforzó mucho, pues él sabia que desarrollar todo su potencial al máximo y asumir el ballet como una carrera profesional implicaba un empeño mayor. Además tenia que demostrarle a su familia que había tomado la decisión correcta. Hoy no solo se siente bien y orgulloso de haber tomado esa decisión sino que además no ha desterrado la posibilidad de estudiar la carrera de derecho y ser un gran abogado.
Su profesión, su pasión.
Aunque nunca se imagino hacer del ballet su profesión, hoy el ballet es mucho más que eso, “El ballet es mi pasión, mi razón de vivir, la principal actividad con la cual me siento vivo, no solo cuando danzo sino también cuando la enseño”, dice Eusebio Rabines con una gran expresión de satisfacción y orgullo en el rostro.
En los 15 años que lleva en este artístico mundo, ha ejecutado papeles importantes de ballets completos como Cascanueces entre otros, pero las dos puestas en escenas más importantes para el son, Quijote y Guiselle no solo por la importancia de los papeles personificados sino por la fuerte exigencia en la interpretación y la técnica que se utiliza para representar estos papeles. También ha bailado en la Compañía del Ballet Municipal de Trujillo, en la Escuela Joven Ballet de Lima, entre otros, y actualmente es el primer bailarín de la Compañía de Ballet del Instituto Nacional de Cultura (INC), instituto para el cual baila hace ya más de 10 años.
Por supuesto, ser primer bailarín no es sólo un privilegio ganado con gran esfuerzo, sino también una gran responsabilidad. Se dice que el prestigio de la compañía y la escenificación del ballet entero recaen en el primer bailarín, si el bailarín o bailarina principal fallan el ballet no sirvió. Este es otro motivo por el cual Eusebio Rabines se esfuerza en mejorar aun más su técnica y su actuación. Cuando no está en el INC, se le encuentra dictando clases en su escuela a los nuevos valores, los cuales le han dado la satisfacción de traer a su escuela medalla de ronce y de oro en el último Concurso Internacional de Ballet.
“El apoyo que se le brinda al ballet es poco debido a que no hay costumbre por este tipo de eventos, nuestro deber como profesionales y como bailarines es promover este arte y sacar nuevos valores con mejores técnicas. Dice Rabines con gran seriedad.
En los próximos meses veremos a Eusebio y a sus pupilos, en el encuentro coreográfico de escuelas de ballet de Trujillo y como cierre del año podrán disfrutar de un gran espectáculo con Barbie Cascanueces en el mes de diciembre.

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