sábado, 17 de mayo de 2008

Evolución a solo un clic

Nuestra nueva vida gracias a Internet

Por: Raquel Avalos

Jergas, páginas, cuentas, foros, programas; todo es nuevo en internet cada día. Hace treinta años nadie se hubiera imaginado el surgimiento que este medio ha tenido y cómo cambiaría nuestras vidas de a poquitos. En memoria a su tercer onomástico, un breve reflejo de lo que significa esta red.

Internet dio sus primeros pasos en los años sesenta, cuando bajo el nombre de ARPANET, se utilizó como un proyecto militar que consistía en interconectar computadoras que tuvieran la capacidad de alertar a sus ejércitos en caso de un eventual ataque. Sin embargo, esta red era aún privada, como lo serían también las de grupos empresariales y universitarios que surgieron durante los setenta. Con la creación del protocolo TCP/IP, se logró un aunamiento de tecnologías que permitió el nacimiento de una red internacional de información. Este avance, junto con la inclusión de las World Wide Web y las .com, desató un fenómeno hasta hoy incontrolable en expansión y evolución. Hoy cumple 3 años, desde que la Asociación de Usuarios de Internet decidió, con aprobación de la ONU, compartir en una fecha lo que cada uno hace para acercar la Sociedad de la Información (SI) a todos los ciudadanos.

Para algunos tener en casa una computadora sin Internet es inaceptable. Es inutilizable. Y es que ahora vivimos atados a los servidores de la red (Correo, Noticias, WWW, FTP, Chat, DNS) en muchos aspectos. Nuestros abuelos se dan cuenta, mientras que ellos siguen desarrollando sus actividades como siempre, una pantalla y un mouse nos dan la solución de todo con un solo clic, y esto les sorprende. En las últimas dos décadas, los estilos de vida han cambiado y no podemos ser ajenos a esta evolución humana.

Contigo a la distancia

Quizá la característica más ventajosa de Internet es que te permite estar conectado en tiempo real con cualquier parte del mundo, y encima en tan corta duración que ni se sienten las fronteras. Hoy por hoy, podemos comunicarnos con quién queramos y cómo queramos haciendo uso de los medios más populares en la red. Por ejemplo, el correo. Cuanto tiempo y dinero nos ahorra el e-mail en nuestros días. Atrás quedaron las visitas a los correos, y ese amor por las estampillas y sellos, ahora viven solo en algunas encomiendas. Servidores como Hotmail, Gmail y Yahoo nos permiten intercambiar información, fotos, canciones y vivencias con familiares y amigos.

Un medio que volvió interactiva nuestra manera de comunicarnos fue el Chat. Popular en los noventa, este servidor nos enseñó a conocer -al azar- gente de todas partes del mundo, hacer amigos e incluso hasta aventurarnos en encontrar a nuestra otra mitad. Pero las experiencias con perfectos desconocidos no quedaron ahí. Su evolución, el Messenger, nos trajo opciones más personalizadas para dialogar. Este último es personal –extensivo de nuestra cuenta de correo- y nos permite seleccionar a nuestros contactos, escribirles o iniciar una conversación ya sea de audio, video o ambas; intercambiar archivos e incluso escoger el color de nuestro skin. Adiós cortes de teléfono y tarjetas para llamadas internacionales, con la videoconferencia tenemos para hablar largo con nuestros seres queridos.

Cuentas que no se pagan

Nuevos usuarios presentan nuevas exigencias. Las necesidades de estos varían, y parece que en los últimos años el grito en la red ha sido el del espacio de expresión y conectividad. En un inicio, agendas en línea como Bebo o Sonico permitieron crear cuentas que servían como recordatorio de cumpleaños, números y direcciones de nuestros contactos. Posteriormente esto se llevó a otro nivel con páginas como Hi5 y MySpace, que admitían crear un site propio con fotos, amigos, e información en general de cualquier persona, emulándose a una carta de presentación de lo más divertida. Por otro lado, surgieron a la par los bloggers, usuarios que sentían la necesidad no solo de publicitarse en fotos por la red, sino de dar a conocer sus ideas. El surgimiento de los blogs daban la libertad de escribir tanto asuntos personales como de opinión colectiva.

A propósito de las ventajas de Internet, una de ellas es la que nos facilita la vida a diario. Si por levantarnos tarde no alcanzamos a llegar al banco, podemos realizar los pagos desde nuestra computadora y evitarnos las colas. Si nunca conseguimos ver el inicio de una película que nos enganchó en el cable, el Ares o el EDonkey nos pueden hacer el favor de conseguirlas en cuestión de días, incluso horas. Si necesitamos el primer disco de U2 y no lo encontramos en las discotiendas, páginas como Amazon o Detodo.com nos pueden hacer ese favor, e incluso a un menor precio. Si es que nos quedamos sin saldo, nuestra compañía de teléfonos en la web nos brinda mensajes gratis instantáneos de emergencia. Si tenemos curiosidad en conocer la casa de un amigo en España, Google Earth es la lupa del mundo que nos permite esa libertad. Con todas estas razones queda claro que de alguna u otra forma vivimos dependiendo de Internet y que nuestras costumbres han cambiado por eso, pero no es algo de qué preocuparse tanto. Lo interesante será saber qué viene después.



Fuentes:
www.wikipedia.com
www.monografías.com

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