Biocombustibles acusados por crisis de alimentos a nivel mundial

Enemigo íntimo del crudo
Encabezan listas de culpables

Trujillo (Perú). 12 abril. La promesa de los biocombustibles quedó atrás. Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial (BM) desmintieron en reciente reunión, que lejos ser una solución “verde” para el petróleo, los biocombustibles encabezan actualmente las listas de culpables de la crisis global del alza de precios de los alimentos.

Según un informe de finales del 2007 realizado por la Universidad de Purdue (Indiana), la demanda de maíz y soja aumentaron en relación al año 2000, fecha en que despega la producción y el consumo de biocombustibles. Como consecuencia el precio del trigo subió, arrastrando a la harina, el pan y otros derivados; de igual manera la soja, incrementando los precios de aceites de cocina y margarinas. El pollo, la carne de ganado y los lácteos también subieron.

A esta situación, se unen las recientes sequías en países productores como Australia, el alza del petróleo y el encarecimiento de fertilizantes y costes de transporte, las extremas diferencias de los niveles nutricionales entre países y la caída en picada del precio dólar, que afecta no solo el poder adquisitivo de los peruanos, sino las posibilidades de vida de quienes más lo necesitan; así informó el diario El Comercio el día de hoy.

La realidad es alarmante. Se manifiestan súplicas a los países ricos con el objetivo de parar su producción de biocombustibles, sobretodo los fabricados a base de maíz. Según el diario The New York Times, en los países ricos sucede todo lo contrario: el etanol a base de maíz ofrece, "en el mejor de los casos” solo una pequeña reducción de los gases invernaderos frente a la gasolina, y podría agravar la situación si causa más deforestación por la extensión de ciertos cultivos.



Por: Raquel Avalos Armas.