sábado, 17 de mayo de 2008

Al infinito y más allá


Por Andrea Fernández Callegari

Sofía había viajado hasta el fin del mundo para sentirse parte de él. Su intención era perderse en algún recóndito paraíso y ahí estaba. Adiós trabajo de oficina, tráfico de la 1, papeles sin llenar, cuentas sin pagar… al fin sola, en una anónima playa de Tahití, rodeada de coloridos paisajes y semidesnudos nativos que Gauguin había inmortalizado en sus óleos. El sol de mediodía quemaba, inclemente. Se dejó envolver por la fresca brisa y por el estrépito de las olas del mar cristalino. En ese lapso de paz momentánea, el bip bip de su celular la trajo de vuelta violentamente. Echó hacia atrás su larga melena castaña y contestó.

- ¡Sofi! Oye, ¿dónde andas?- dijo la chillona voz de Luciana, su mejor amiga.
- En Tahití, de vacas pues.- respondió, un poco molesta.
- ¡Conéctate ahorita! ¡Te han mandado un mail de El País!

La joven periodista colgó antes de decir chau. Corrió hacia su habitación, en el modernísimo resort donde estaba hospedada, y abrazó el maletín más pequeño que tenía. Bajó a la recepción y preguntó al encargado dónde podía conectarse.

- En Starbucks, señorita.

Así como Sofía, ya no podemos vividos alejados de esa red de redes conocida como Internet, que como un vicio, enreda y jamás desenreda. Según la enciclopedia Wikipedia es “un método de interconexión descentralizada de redes de computadoras, implementado en un conjunto de protocolos denominado TCP/IP y garantiza que redes físicas heterogéneas funcionen como una red lógica única, de alcance mundial”. En otras palabras, la Internet nos ha absorbido tanto – positiva y negativamente – que no podemos concebir la vida sin ella. ¿Se imagina dejar de chatear todos los días con sus amigos? ¿Dejar de pagar las cuentas desde la comodidad de su casa? ¿Perderse a los Rolling Stones en vivo desde el Festival de Río? No lo creo, y ahora más que nunca, cuando la Internet está evolucionando a pasos agigantados.

Lo invisible está en plena moda, y se llama “Wi-Fi”. Está, como afirma su premisa, “en cualquier parte, en todas partes”. Pero, ¿qué es el Wi-Fi? Simplemente, un sistema de envío de datos sobre redes de computación, que utiliza ondas de radio en lugar de cables. O sea, un Internet más free. Hoy por hoy, las PC, laptop, notebook, palm, celulares o cualquier otro dispositivo le dijeron adiós a los cables y acogieron, con las tarjetas bien abiertas, a la novísima tecnología wireless.

La historia comenzó en Hawai, a mediados de los 90, con un problema: como eran demasiadas islas, era imposible transmitir los datos entre ellas. Por ello, se ideó un sistema parecido al de la radio, que derivó en la Internet inalámbrica que usamos hoy. Para entonces, fabricantes como 3Com, Airones, Intersil, Lucen Technologies, Nokia y Symbol Technologies, habían creado tantas – y disímiles – redes inalámbricas que, finalmente, eran incompatibles entre sí. En el mercado, nadie sabía cuál escoger. Por imperio de la necesidad, estas empresas se unieron en 1999 y crearon la WECA (Wireless Ethernet Compatibility Alliance), asociación que pasó a denominarse Wi-Fi Alliance en 2003. Su objetivo principal fue crear una marca única para promover la tecnología inalámbrica, y así, asegurar la universalidad para todos los equipos.

“…para anunciarle que ha sido aceptada como redactora de nuestro diario. Le agradeceremos enviar su respuesta a prontitud…”

Sofía leyó el mail de aceptación del diario El País, el más prestigioso del mundo en habla hispana, donde se había presentado tan sólo unos meses atrás. Una sonrisa de oreja a oreja le cruzaba su rostro: estaba feliz, y no podía negarlo. Cargó su laptop y, súper relajada, se recostó en uno de los amplios sillones de cuero marrón. Ahora, se conectaría al MSN para contarle a la family y a los amigos el feliz acontecimiento. Tomó un largo sorbo de frapuccino de caramelo. El dulce sabor de la victoria.

Una de las ventajas del Wi-Fi es, precisamente, la comodidad que ofrece: libertad para movilizarse de un lado para otro dentro de la zona con cobertura. Ya no hay que cablear, tan sólo prender el router Wi-Fi y ¡voilá! Con un solo clic ya estará navegando por la web. Con un radio de 100 metros aproximadamente, la Internet wireless es perfecta para el hogar o la empresa.

Por otro lado, no podemos olvidar que como un Yin-Yang, también tiene desventajas. El quid del asunto es la inseguridad que existe al conectarse a una red inalámbrica. ¿Cómo sabe que, conectado en una zona pública, su información puede ser vista por otros usuarios? ¿O si su vecino está utilizando su red sin pagar absolutamente nada? Además, muchos usuarios de Internet afirman que, pese a las ventajas del Wi-Fi, la conexión por cables sigue siendo mejor porque hay poca interferencia y es mucho más segura.

Al paso que vamos, no es difícil pensar en un futuro donde sea posible conectarse a Internet desde cualquier punto del globo. Esto se debe, principalmente, al aumento de los hot spots o lugares públicos donde se puede acceder gratuitamente al Wi-Fi. Sea lo que sea, lo seguro es que ¿podremos seguir hablando de fronteras, de aquí a unos 10 años? ¿O 10 meses? Todo es posible en estos tiempos.
Fuentes:

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